MiC: Post Covid & Care

Los efectos del confinamiento por Covid-19 en los cuidados: algunas experiencias personales (scroll down for English translation)

La pandemia ha hecho visible la importancia del trabajo de cuidados a enfermos, mayores y menores dependientes. El cierre de las escuelas durante un trimestre ha sido un verdadero shock. Entre el 25 de abril y el 22 de mayo, el proyecto europeo Men in Care pidió a personas empleadas que grabaran unos breves audios sobre cómo había afectado el confinamiento por la Covid-19 a su conciliación de empleo y cuidados de personas a su cargo.  Recibimos audios de siete hombres y cuatro mujeres, que nos cuentan cómo lo han vivido en primera persona. Resumimos primero las dificultades encontradas y después las experiencias más positivas.

Dificultades y malestares: demasiado estrés y demasiada televisión. 

La ausencia de escuelas ha generado sentimientos de culpa, porque los menores han visto demasiado tiempo la televisión, mientras que los progenitores teletrabajaban. Hablan de tensiones con la pareja respecto a quién cuida de los menores, por ejemplo cuando ambos tenían muchas reuniones telemáticas.

Una madre cuenta cómo se levantaba muy temprano, antes que sus hijas, y trabajaba también por las tardes, por su mayor carga de trabajo comparado con antes del confinamiento. No solo ha tenido más trabajo remunerado sino también más trabajo educativo, del que se ha ocupado ella en exclusiva, porque el padre también ha tenido una alta carga de trabajo, se encerraba en una habitación y se concentraba solo en trabajar. Esto ha generado momentos muy puntuales de tensión, gritos y malestar. Las demás personas también refieren momentos de perder los nervios y de mayor irritabilidad, que a ratos les ha hecho sentirse mala madre y mal padre. Un padre refiere dolores y tensiones nerviosas como consecuencia del estrés causado por el prolongado confinamiento de todos los miembros de la familia. Una madre empleada en un hospital ha tenido mucho más trabajo, más estrés, mayor tristeza, cansancio, agotamiento, insomnio y muchos más problemas que prefiere no enumerar. Ella prevé sufrir secuelas psíquicas cuando pase el extraordinario momento de tensión y esfuerzo al que se ha visto abocada por la atención sanitaria en un hospital desbordado por la pandemia.

Un maestro de primaria opina que en esa etapa educativa la educación a distancia no se puede realizar con suficiente calidad, dos empleados ven necesario el trato presencial con las personas y poder tener regularmente reuniones personales. Hay preocupación por los efectos del encierro para la salud de los menores, para su sociabilidad.

 

Experiencias y cambios en positivo: cuidados y madurez por necesidad

Salvo un hombre ocupado en un almacén, los demás han teletrabajado. El teletrabajo ha funcionado mejor de lo pensado, sobre todo en empresas en las que éste parecía inviable antes de la pandemia. El teletrabajo durante un número limitado de días a la semana encuentra adeptos.

Algunos hombres han cuidado más de sus hijos porque han perdido su trabajo o han visto reducida su carga. Un adolescente de 17 años ha tenido que madurar de golpe y se ha convertido en el principal cuidador de su abuela de 86 años que tiene demencia, porque su madre no ha podido vivir en su hogar para prevenir una posible transmisión de la Covid-19. Él ha cocinado, cuidado de la abuela, limpiado la casa, hecho sus tareas escolares y ejercicio físico en el hogar, porque es atleta.

A pesar de las dificultades, la mayoría de las personas han sacado fuerzas, paciencia y calma de donde han podido para sobrellevar el estricto confinamiento de 50 días.

Resumiendo, en cuanto a la implicación de los hombres en los cuidados, varios han cuidado más por necesidad y también porque anteriormente ya estaban comprometidos con los cuidados. En cambio, hay hombres que han priorizado sus trabajos dejando la carga de los cuidados y la educación durante el confinamiento a las mujeres, que han sufrido una gran sobrecarga.

The effects of the lockdown on care work: some personal experiences

The Coronavirus crisis has brought to light the importance of care for ill or older people and dependent children. School closures over three months have been a real shock for Spanish society. From 25 April to 22 May, we gathered statements from employed people explaining how the lockdown has affected their work-life balance. Seven men and four women shared their personal stories. Below you can read about their difficulties, but als their positive experiences: 

Too much stress and too much TV

The absence of school has generated feelings of guilt among parents, because children have spent too much time watching TV. There have been some conflicts over who should take care of the children, for example when both parents have virtual meetings.

One mother told us how she had to work very early in the morning, before her children woke up, and late in the evening, while her husband shut himself away during the day to be able to work. Her workload had significantly increased, she was now responsible for not only paid but also care work. This generated exceptional fights at home.

All the people we interviewed reported similar experiences: feeling a loss of control, being more irritable and feeling like a ‘bad parent’ at times. One father experienced nervousness and felt physical pain due to the stress caused by the family being in lockdown. One health worker described having much more work, stress, and experiencing feelings of sadness, tiredness, and insomnia. She believes there will be psychological consequences from the extraordinary tension and increased workload she had to face working at an overwhelmed hospital.

A teacher we spoke to shared that he was worried about the quality of primary education online, while two company employees felt that personal contact and meetings were essential for work. There are general worries about the consequences of the lockdown on children’s health and sociability.

More involvement and maturity out of necessity

All people working from home felt that the home office experience was better than expected, even in companies where it seemed unfeasible before the pandemic. People like the idea of working from home some days a week, even after the end of the lockdown.

Some men increased their involvement in childcare because they had less or no work during the lockdown. One 17-year boy felt that he matured thanks to this experience. He is taking care of his 86-year old grandmother who suffers from dementia, because his mother is absent from home to prevent Covid-19 transmission. The young man cooked, cleaned, kept up with his homework and trained indoors, as he is an athlete.

Despite the difficulties, most people found the strength, patience and calm to cope with the severe 50-day lockdown in Spain.

In sum, and with respect to men’s involvement in care, some men have been more involved than usual out of necessity, while others were already involved. However, some men we interviewed are not doing their share of childcare and education, leading to an overload for the women living with them.

Last changed: 16.07.2020